CERÁMICA POWER. La cerámica pide paso, ha encontrado su razón de ser y está en pleno auge

Llevamos más de veinte años escuchando hablar sobre la globalización… económica, de mercados, de ideas… Hemos visto cómo la mayoría de naciones, a veces culturalmente opuestas, acogen con brazos abiertos el modo de vida occidental (aspiración máxima de toda cultura que se supone avanzada) y cómo poco a poco bienes y servicios se van homogeneizando. Una homogeneización que busca el consenso transnacional generando una pérdida de identidad local.

 


Paseando por un centro comercial de Valencia o Moscú o Washington o Kuala Lumpur, encontramos las mismas tiendas con las mismas marcas y los mismos productos en venta. Sin embargo, esta globalización (unida al acceso generalizado de información) provoca, como señala Andrés Ortega, una “globalización de las diferencias”, reforzando la necesidad de sentirse diferente y de ser reconocido.Este deseo de diferenciación se hace eco de forma global gracias a internet y otras tecnologías, creando movimientos que buscan recuperar culturas locales y tradiciones ancestrales. En este contexto, la cerámica ha encontrado su razón de ser y está en pleno auge.

 

Foto: Oficis singulars
Bootleg. © Sagenceramics
© Apparatu
© Apparatu
Proyecto Viva la vida
Proyecto Revival

La cerámica es un material presente desde el neolítico y se ha empleado en todas las civilizaciones. Es un material sostenible (ecológico, económico y social) que utiliza recursos naturales para su elaboración: tierra y agua en su composición, aire en el secado, fuego en su cocción. Además posee la humanidad que le confieren las técnicas tradicionales de fabricación: torneado, prensado, moldes de escayola que se llenan y se vacían a mano, etc. Con inversiones relativamente bajas en originales y moldes, permite hacer tiradas cortas de productos, series adaptadas a determinados públicos e incluso piezas únicas.

© Sagenceramics
© Sagenceramics
© Sagenceramics
© Sagenceramics

Por todo esto es lógico que en años recientes los diseñadores se interesen por la cerámica: con recursos limitados, un diseñador puede experimentar y aportar una visión contemporánea de la artesanía. Éste es el caso de dos marcas creadas en España, fruto de la colaboración entre diseñadores y ceramistas: Apparatu y Sagenceramics. Para el diseñador que crea, fabrica y comercializa sus productos bajo su nombre (el denominado “designer-maker”) la cerámica también representa una opción significativa, como en el caso de Marre Moerel. Otros proyectos de experimentación también implican la colaboración entre colectivos de diseñadores y ceramistas: Proyecto Revival en 2007, Surtido de Revolución en 2008, Oficis Singulars en 2008, Viva la Vida en 2010…

Sin embargo, el mundo de la cerámica tradicional se enfrenta actualmente a varios retos:

→ Adaptar su oferta de productos con un alto valor artesanal y al mismo tiempo contemporáneo.
→ Encontrar un modelo empresarial con un nivel de gestión adaptado a este nuevo entorno.
→ Hacer productos de calidad acordes con los estándares internacionales.
→ Encontrar redes de distribución adecuadas.

El modelo tradicional de la empresa cerámica está obsoleto y se precisan de modelos como el de las empresas editoras basadas en la innovación y en el diseño. Para crear estos modelos, el ceramista-empresario debe tener una actitud abierta al cambio, y el diseñador debe participar activamente. Además, para dar salida a estos productos es imprescindible el apoyo institucional, educando al público para que valore y comprenda la artesanía, y creando estructuras de venta y distribución específicas que no compitan con los circuitos de productos industriales. La Cerámica tiene un futuro por inventarse.

 

© Apparatu
© Surtido de revolución
© Surtido de revolución
© Apparatu
© Roos. Marre Moerel
© Sagenceramics
Bany © Sagenceramics
© Apparatu

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