Defínete. Austero. No soy muy dado a la ornamentación… prefiero tener una vista clara y limpia de las cosas e intento huir del recurso fácil. Es más difícil que algo simple sea bello por sí solo que algo recargado en adornos. ¿Cuál ha sido la forma de contacto más sorprendente con un cliente?Vía internet, por iqons… Un cliente vio mi perfil y directamente me hizo un pedido para Canadá. La lástima fue que en ese momento no tenía infraestructura suficiente para acometerlo.

¿De qué trabajo reciente te sientes especialmente orgulloso? De un servicio de bespoke hecho en Londres… fue un verdadero reto en el que tuve que sacarle al cliente el patrón de un traje y confeccionarlo todo con las técnicas artesanales de sastrería tradicional (ojales a mano, solapas picadas).
¿De qué otras disciplinas echas mano en tus diseños? Arquitectura, música, cine, foto, literatura. Nunca empiezo un trabajo sin una base o un discurso de trasfondo. Me gusta que todo narre algo… creo que eso hace la diferencia entre algo con alma y un mero esteticismo.
¿Quiénes son tus referentes fundamentales? Thom Browne. Define “diseño moderno”. “Nada” es moderno… no me siento muy identificado con lo “moderno”. Me interesa más lo tradicional y el por qué ha llegado a serlo: hay un estudio muy interesante detrás de todo eso, funcionalidad y adaptabilidad.
Cuéntanos cómo salvaste algún diseño que no satisfacía al cliente. Con la ayuda de Waldo Lago, mi maestro sastre. El soporte técnico (necesario para algunos de los encargos como sastre) tiene que venir dado por años de experiencia, a diferencia de los trabajos como diseñador donde cuenta más tu capacidad creativa y cómo te desenvuelves.