Alejandro Cuervo (1996, Bejucal, La Habana. Cuba) / www.comrayo.com @comrayo ¿A qué has sobrevivido? A la desidia, a la resignación, es muy fácil perderse en el camino, bajar las manos. A la comodidad, que es uno de los vicios más peligrosos. A la tristeza de tener que moverme de país, como mucha gente de mi generación. Soy una persona afortunada. ¿Qué buscas cuando te miras al espejo? Busco determinación, fuerza y equilibrio. Busco la calma de poder abrazar a la persona que soy hoy y ponerle un poco de freno a la autoexigencia que tengo, separar lo que soy de lo que hago. También resistencia, es muy importante tenerla cuando se es creativo, emigrante y llevas poco tiempo en el nuevo continente y por tanto en un nuevo mercado. También busco al ilustrador que seré dentro de algunos años y trato de preguntarle cosas, a veces dice algo. ¿Dónde y cómo has pasado lo que va del año 2023? Este año he estado viviendo y descubriendo Valencia. Se puede decir que es un reinicio. He tratado de establecer un sistema de trabajo efectivo, me he esforzado en crear canales de conexión profesional con mi realidad geográfica, me he documentado sobre temas de derecho de autor y formas de gestión que no conocía. También he vuelto un poco a la naturaleza, a las caminatas por el parque, y he sentido por primera vez los cambios de estación de forma marcada.

Haciendo un balance… ¿Has ayudado a otros más de lo que te han ayudado, o viceversa? Siento que somos una parte infinitesimal dentro de un sistema en constante expansión y retroceso, que funciona como un solo organismo vivo, por tanto, creo que la ayuda y las redes de apoyo son parte fundamental de ese proceso. Me gusta sentir que puedo hacer algo real por otra persona que lo necesite, me gusta servir, creo que lo hago bastante. Aún así, uno recibe tanta ayuda, de forma directa e indirecta, que sería demasiado arriesgado pensar que se da más de lo que se recibe. ¿Qué habilidades has perdido con los años y ahora echas de menos? No sé si es una habilidad, pero antes soñaba muy poco, era dormir de una y abrir los ojos al día siguiente, ahora sueño muchísimo, con temas repetitivos. Me gustaría volver a dormir muy profundo. También me gustaría recuperar la inocencia de maravillarme con mi entorno todo el tiempo. Cuando eras más joven, ¿qué cosas no te imaginaste nunca haciendo y hoy forman parte de tu vida o de tu práctica artística? No me imaginaba diseñando ni ilustrando, de hecho, me daba terror todo lo que supusiera representar visualmente: casi siempre trataba de buscar una excusa para no asistir a las clases de arte en la escuela primaria. Mis libros de colorear, que tampoco eran muchos, estaban muy bien escondidos. Ahora hago el ejercicio de revisitar esas emociones y creo que a lo que temía era al riesgo de exponer demasiado mi forma de ver el mundo.
Descríbete. Tengo el cabello negro y rizado, la barba desarreglada, uso gafas sobre la nariz pequeña, tengo los ojos muy oscuros y una postura rara. Me siento muy a gusto en el monte y el río. Me encanta exprimir y experimentar todo lo que me viene a la mente, como si no alcanzara el tiempo. Soy ilustrador empírico, diseñador y creativo, cocinero para mis personas queridas y un poco control freak. ¿Qué conceptos o ideas has cambiado radicalmente con el paso del tiempo? Ha cambiado radicalmente mi forma de ver el mundo, de las ideas preconcebidas a tratar de entender que si hay algo constante y que nos acompaña es el error, a darle un espacio importante en la vida y en el trabajo. Entendí que es extremadamente importante deconstruirme, primero como humano y luego como hombre, hay demasiada basura por desaprender, y también que el vacío es importante para dar espacio a lo nuevo. ¿Cómo has celebrado tu mejor cumpleaños? No soy muy fan de celebrar mis cumpleaños, pero creo que este año fue buenísimo. Las búsquedas del tesoro se han vuelto una tradición cumpleañera entre algunxs amigxs y este año se esforzaron bien en la mía. Me tuvieron caminando por varios sitios de Valencia resolviendo acertijos para encontrar los regalos, las pistas me llevaron al Cabanyal y ahí terminamos festejando con unas cervezas. ¿Tienes alguna cualidad que le guste a los demás pero de la que tú reniegues persistentemente? No sé si esto aplica… pero a veces hago muchos trabajos por amor al arte, regalado, tengo que aprender a cobrar las cosas.

¿Hay alguna persona o grupo que haya impulsado decisivamente tu carrera? Debería agradecer a muchísima gente. Como aprendí a trabajar sobre la marcha, creo que la confianza de todas esas personas e instituciones me hizo crecer. En especial quiero agradecer a Rachid y Said de Maison Blanche, un espacio cultural en Toulouse, Francia, para el cual llevo trabajando aproximadamente tres años y me han dado toda la libertad creativa para desarrollarme. Además me apoyaron muchísimo en mi proceso de venir a España. ¿En qué zona del supermercado pasas más tiempo? En la zona de los snacks y en la de las verduras, en los snacks porque es un reto encontrar alguno que no sea tan dañino y que esté de acuerdo con mi mood del día y en la de los vegetales porque me pongo a planificar comidas con lo que voy viendo. Si tienes pareja, pídele que te describa… “Ale tiene un bicho curioso que a veces envidio. Quiere mirarlo y probarlo todo antes de que se le acabe el día. Al mismo tiempo es súper serio con su vida profesional, creo que precisamente porque él se ha sembrado y construido cada pedazo del camino. Tiene una tenacidad tremenda (medio testarudo, podría decirse). Me gusta mucho que trata de ser un buen ser humano siempre, creo que eso es raro”.