POR LOS MUROS, de la mano de algunos de los graffiteros más activos de valencia.

Acompañados de algunos de los graffiteros más activos de valencia, visitamos muros y despejamos dudas sobre el alcance y la huella de sus obras.

 


DEIH. ¿Qué determina tu elección de los muros donde pintas?  Las razones por las que pinto en un muro y no en otro son tantas y tan diversas que no puedo dar una respuesta precisa, incluso a veces las mismas razones se contradicen, según el día. Siempre busco muros tranquilos. La mayoría de las veces porque me quedan cerca de casa. Unas veces me encanta un muro porque está muy escondido y puede sorprender al que llegue a aquel lugar, otras porque es muy visible… Por cómo recibe la luz, por el barrio en el que se encuentra.

DEIH / Calle Sant Ramón (Valencia). Fotografía: Alejandro Benavent

A veces elijo el muro según el formato que necesito para lo que llevo en mente pero normalmente es el muro el que condiciona mi dibujo. Suelo llevar una ligera idea en la cabeza e improvisar todo lo demás. Si lo que tengo claro son los colores, busco un entorno que ya los contenga o que los potencie por contraste, si tengo claro el formato, busco un muro que lo pueda contener… Si quiero línea clara busco uno muy liso, si es una composición en la que priman las manchas de color, no me importa la textura, incluso la prefiero. Me consta que el 50% del acabado está determinado por un poco de destrucción reciclada. Rara vez no he podido realizar una idea porque el muro no me acompañaba, siempre se puede adaptar o incluso si el resultado no va a ser bueno, cojo otra idea y la desarrollo en el momento: tomo un café y regreso al muro con esa nueva idea. Lo que más me gusta es conquistar nuevos espacios en la ciudad, y más concretamente en mi barrio. Prefiero pintar donde nadie ha pintado antes que repintar muros ya utilizados. De esa manera el mapa se amplía, no se renombran las mismas calles.

VINZ / Calle Zapadores (Valencia). Fotografía: Alejandro Benavent

VINZ. Cuando te topas con tus obras, ¿te reconoces en ellas?. Intento que las obras hablen sobre la sociedad, no sobre mí. En cualquier caso, en la calle no suelen durar lo suficiente para que me vuelva a topar con ellas.

JULIETA, Calle Dr. Chiarri (Valencia). Fotografía: Alejandro Benavent

JULIETA. Con el tiempo, viejos graffitis se convierten en soporte de los recién pintados. Si se diera el caso, ¿qué graffitero te gustaría que pintara encima de los tuyos?  Me parece algo precioso que lo que pintamos en la calle sea efímero, que las pintadas no permanezcan, que el paisaje urbano que transitamos cambie y nos sugiera cosas nuevas, nos dé sorpresas. Han sido muchas las veces que mi trabajo ha sido el soporte de otros. No puedo responder con un nombre a esta pregunta, simplemente con una actitud ante lo que hacemos: el respeto.

XÈLÖN / Calle Moro Zeid (Valencia)

XÈLÖN. ¿Sientes familiaridad con los muros que has pintado, los recuerdas, los imaginas años después de tu intervención?  Soy un graffitero raro, la mayoría quiere que su pieza se vea mucho, que esté en el sitio más alto, que dure para siempre… A mí me da igual y ha sido así desde que empecé con 14 años. Para mí lo que cuenta es el momento, el tiempo y la experiencia que saco al pintar el muro, el papel, etc… Ese momento donde sólo existimos el muro y yo, y nos comunicamos y relacionamos, creando un intercambio, una conversación. ¿Familiaridad? Absolutamente, sí. Pinto bastante sin boceto previo, según el muro y el estado de ánimo; me gusta mucho improvisar, es lo que más me gusta de pintar en la calle. Recuerdo algunos muros mejor que otros… algunos aún me llaman diciéndome: ¡Eso que pintaste allí, aún le puedes dar un par de vueltas y hacer algo mejor! ¡Más potente! Recuerdo los primeros muros que pintaba con mi hermano Deih y mi amigo End. ¡Hacíamos las piezas entre los tres! Yo hacía los contornos porque se me daba mejor, jajaja. Los recuerdo con mucho cariño. Como he dicho antes, para mí lo que importa es el momento, mi momento, el instante en el que aprendo y disfruto. Después de pintar estoy satisfecho, y si a la mañana siguiente me tapan, no pasa nada. Tengo que pintar más en la calle…

UDAY / Calle Alicante (Valencia) Fotografía: Alejandro Benavent

UDAY. ¿Documentas tus obras?  Desde el principio fui documentando en un blog y en Flickr todas las vivencias en la calle. Mis obras son efímeras: lana, perle, algodón, trapillo, clavos, tapones… Los factores climatológicos y la conducta de la gente condicionan su durabilidad. Con el tiempo, se han ido reuniendo todas las intervenciones callejeras (urbanas y rurales) en Facebook e Instagram. Poco a poco voy introduciéndome en el mundo del spray vía internet. Documentar es fundamental. El street art aparece en los medios con mayor frecuencia. En la red compartimos intervenciones, hobbies, arte…

DHOS / P. Amparo Iturbi. © Fotografía: Magenta Tárrega.

DHOS. ¿Te parece acertado describir al graffitero como un pintor que utiliza muros como soporte en lugar de lienzos?   No, porque limita el significado de lo que es el graffiti. Graffiti es libertad. Mi realidad es pintar donde me apetece dentro de unos cánones morales de respeto hacia los demás. No me gusta la idea de que el graffiti se alimente simplemente de un ego destructivo, y creo que casi cualquier superficie merece ser pintada.

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