Esta vivienda localizada en el barrio de Ruzafa (Valencia) nace como un proyecto de vivienda que se adapta a su inquilino. Funcional y de líneas sencillas, destaca su contenida selección de materiales y el buen hacer de los industriales. El proyecto se caracteriza por tener dos caras; una más clásica y la otra, más contemporánea. Este “mix estético” aunque aparentemente poco flexible, se convierte en su principal atractivo.
Como si de pieles se tratasen, los dos estilos se combinan y se potencian, adoptando un lenguaje común que los destaca en el espacio por igual. Por un lado, las paredes lisas que parecen extenderse hasta el techo, y un “moldurismo”de aires más convencionales. Por otro, una pared sin rodapié que se reviste de madera y que no llega a tocar el techo. Casi como una prolongación del suelo, en la misma madera, se desdibuja en forma de espiga y aporta la calidez y el ritmo de las formas clásicas, el color y los acabados de los materiales contemporáneos. Esta ramificación de estilos genera una división en la distribución y en el orden dentro de la propia vivienda. Es así como la parte más clásica cuenta con puertas de molduras y la parte más contemporánea oculta las aperturas y los armarios.
Este equilibrio entre lo clásico y lo moderno sirve de guía en la elección de la iluminación y el mobiliario que, en colaboración con Pepe Cabrera, consigue una reconversión de ambos estilos generando uno solo. La razón y la emoción se anteponen en este proyecto para personalizar una vivienda de naturaleza -no preexistente-.













Localización: Valencia / Proyecto: nihil estudio en colaboración con Pepe Cabrera / Año: 2015 / Superficie: 112m2 / Materiales: Cocina Bulthaup, luminaria de Flos, sonido Bang & Olufsen / Fotografía: Juan F. González